Los Principios de la Agroecologia

Hacia sistemas alimentarios justos, resilientes y sostenibles

¿Qué entendemos por agroecología? ¿Cómo se ve? ¿Es contextualizable? ¿Podemos dar ejemplos concretos? ¿Cómo podemos invertir en ella o apoyarla? ¿Es productiva? ¿Hay datos que prueben su eficiencia, es decir, en los que esté cumpliendo sus promesas? Estas son algunas de las preguntas que surgen a menudo cuando hablamos con personas que no están muy informadas sobre la agroecología. Pero cuando hablamos con personas familiarizadas con ella, éstas manifiestan otras inquietudes: 

Podríamos seguir y seguir. En general es necesario aclarar lo que es y lo que no es la agroecología para conseguir apoyo político, para que prospere la disciplina, para evitar la cooptación y para luchar contra falsas soluciones, etc. Los movimientos sociales, la sociedad civil, las instituciones internacionales, y los investigadores/estudiosos han llevado a cabo en los últimos años varios intentos por aclarar el significado de agroecología, y esta tarea continúa todavía.   

En nuestra red, sentimos que había una necesidad similar de clarificación y armonización. Lo que exponemos a continuación es el resultado inicial de ese trabajo. Decidimos dividir los diferentes principios en torno a cuatro dimensiones de la sostenibilidad: medioambiental, socio-cultural, económica y política. Creemos que es una buena manera de captar la complejidad y el aspecto multidimensional de la agroecología. Nos permite comprender los agro-ecosistemas y los sistemas alimentarios teniendo en cuenta los contextos social, económico y político en los que se asientanii. También se basa en las categorías de principios que ya han sido identificadas en trabajos previos realizados por otros en el movimiento agroecológico. 

Está claro lo que intentamos conseguir. Nuestro objetivo no es crear una nueva definición de agroecología sino más bien identificar principios que fortalezcan nuestra narrativa, así como nuestro trabajo de incidencia y programas. Queremos desarrollar aún más una visión común y una comprensión de lo que la agroecología [que vemos como uno de los elementos principales para alcanzar la soberanía alimenticia y la justicia climática)] significa y se parece.

Este es el primer paso en un proceso más amplio que también incluirá el desarrollo de una guía práctica que, junto con estos principios, debería servir como base para iniciar un diálogo en diferentes partes del mundo y dentro de las organizaciones miembro de nuestra red (valorando prácticas y estrategias vigentes). Mientras que nuestras sociedades se enfrentan a profundas crisis sociales, medio ambientales y económicas, y el cambio climático impone en nuestras sociedades cambios profundos y radicales de los modelos de producción y consumo vigentes, hay una cierta urgencia para que la agroecología se entienda y se apoye ampliamente. Con esta humilde aportación, esperamos y creemos que podemos contribuir a fortalecer el movimiento agroecológico actual, que es el objetivo de lo que estamos haciendo en agroecología.

Sumergiéndonos en la agroecología

Las tres dimensiones de la agroecología

Agroecología es:

1. Un enfoque de investigación científicaiii que implica el estudio holístico de los agro-ecosistemas y sistemas alimentarios,

2.  Un conjunto de principios y prácticas que mejora la resiliencia y perdurabilidad de los sistemas alimentarios y agrícolas, mientras conserva la integridad social,

3.  Un movimiento socio-político, que se centra en la aplicación práctica de la agroecología, busca nuevas formas de considerar la agricultura, la transformación, distribución y consumo alimenticios, y sus relaciones con la sociedadv y la naturaleza. 

La interdependencia de la agroecología y la soberanía alimentaria


Queremos aprovechar las perspectivas desarrolladas por los movimientos sociales activamente involucrados en la configuración y definición de los sistemas alimentarios. También reconocemos y respetamos el trabajo realizado hasta ahora para aclarar y desarrollar el concepto de agroecología, y lo tenemos en cuenta como bases de este trabajo.

La Declaración Nyélénivii define la agroecología como un movimiento liderado por personas, y una práctica que necesita ser apoyada, más que dirigida, por la ciencia y la política. Entendemos esto como una llamada urgente para que la experiencia de los productores de alimentosviii y de aquellos que trabajan en alimentos comunitarios locales se reconozca y se ponga en el centro de la formulación de políticas y la gobernanza de los sistemas alimentarios. Esto implica también el derecho de las personas “al control de las políticas y las prácticas alimentarias”.ix Desde esta perspectiva, la agroecología es, de hecho, inseparable de la soberanía alimentaria.

Principios: definición y características

Los principios son un conjunto de directrices generales que constituyen los pilares fundamentales de la agroecología, su práctica e implementación. Se basan en las siguientes características:

  • La agroecología promueve principios más que normas o fórmulas de un proceso de transición,
  • La agroecología es el resultado de la aplicación conjunta de sus principios y valores intrínsecos, al diseño de sistemas agrícolas y alimentarios alternativos. Por consiguiente, se reconoce que la aplicación de los principios se hará de forma progresiva,

  • Los principios se aplican en diversos lugares y llevan a prácticas diferentes al ser utilizados en lugares y contextos diferentes.

  • Todos los principios deben interpretarse en el marco de una mejor integración con el mundo natural, la justicia y la dignidad para los seres tanto humanos como no-humanos y los procesos.

Visualizar la agroecología

Los Principios de la Agroecología resumidos en una infografía


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1. La dimensión ambiental de la agroecología

El impacto de esta dimensión

A través de su dimensión medio ambiental y aplicando principios que tienden a imitar a los ecosistemas naturales, la agroecología contribuye a construir agro-ecosistemas más complejos. La agroecología aumenta la resilienciaxii y la capacidad de los sistemas para adaptarse al cambio climático en contextos en los que los riesgos del clima son habituales.xiii Por ejemplo, “se ha demostrado que una biodiversidad aumentada en el terreno mejora el uso del agua, la absorción del nutriente, y la resistencia a las enfermedades de las plantas de cultivo”.xiv Al ofrecer resistencia, la biodiversidad actúa a menudo como un “amortiguador contra las crisis medio ambientales y económicas”.xv Mediante su dimensión medio ambiental, la agroecología, por tanto, ayuda a crear sistemas autosuficientes, saludables y no contaminantes que proporcionan una gama accesible y diversa de alimentos saludables, de energía y de otras necesidades domésticas. Como un beneficio añadido de la aplicación de sus principios, la agroecología también contribuye a mitigar el cambio climático, por ejemplo creando terrenos saludables, y restituyendo terrenos  empobrecidos - contribuyendo así a la retención de carbono - o al reducir el uso directo o indirecto de la energía - evitando así las emisiones de gas efecto invernadero.xvi Mediante el uso eficiente de los recursos (como el agua, el uso de energía, etc.), la agroecología también contribuye a crear resistencia e incrementar su eficiencia. Más allá de este gran potencial de resistencia, mitigación y adaptación, la agroecología proporciona un entorno de trabajo saludable y seguro para agricultores y trabajadores del campo, así como un entorno saludable para las comunidades rurales, peri-urbanas y urbanas, al proporcionarles alimento saludable, nutritivo y variado.

2. La dimensión social y cultural de la agroecología

El impacto de esta dimensión

Partiendo del conocimiento existente, las habilidades y tradiciones de los agricultores y de los productores de alimento, la agroecología parece particularmente apropiada para alcanzar su derecho a la alimentación.xviii Permite el desarrollo de las tecnologías apropiadas estrechamente personalizadas a las necesidades y las circunstancias de las comunidades específicas de pequeños agricultores, campesinos, indígenas, pastores, pescadores, ganaderos, cazadores-recolectores en su propio entorno. En la mayoría de los países desarrollados, la agricultura sigue siendo la ocupación más común y por lo tanto el sector ofrece las mejores oportunidades para un desarrollo inclusivo. Como tal, puede ayudar revertir la migración rural-a-urbana y la fragmentación familiar. Si la gente aprende y aplica las prácticas agro-ecológicas y desarrolla y controla la cadena de valor hasta el usuario final, la vida rural y la producción alimentaria (en ambientes rurales o urbanos) serán nuevamente atractivas y valoradas por la sociedad, contribuyendo de este modo a que prosperen las economías locales, y la cohesión y estabilidad sociales. 

Al colocar a los productores de alimentos en el corazón de los sistemas alimentarios (intercambios de prácticas entre pares, aumento de las habilidades de los productores alimentarios, etc., entre pares), aumentando la autonomía y revitalizando las zonas rurales, la agroecología contribuye a dar un nuevo valor a las identidades campesinas y a fortalecer la confianza e implicación de los campesinos en su sistema alimentario local.

Al acercar a productores y consumidores, en cadenas de valor locales más reducidas, y al fortalecer tanto el papel como la voz de los grupos, la agroecología contribuye a restablecer la justicia en el sistema alimentario al desvincularlo del poder empresarial. Promueve la confianza y la solidaridad en la relación productor-consumidor y proporciona alimentos nutritivos, saludables y culturalmente apropiados para ambos grupos. Apoya la diversidad alimentaria local, ayudando así a proteger las identidades culturales locales. Una comercialización más directa también disminuye la huella de carbono y la contaminación en el sistema alimentario al reducir procesamiento, empaquetado y transporte.

La agroecología crea oportunidades para las mujeres al aumentar su autonomía económica y, hasta cierto punto, influencia las relaciones de poder, especialmente dentro del hogar, al mismo tiempo que expande la diversidad y el valor de los roles disponibles a los hombres. La agroecología como movimiento apoya los derechos de las mujeres por su inclusión, el hecho de que reconozca y apoye el papel de la mujer en la agricultura, y por motivar la participación de las mujeres. Siendo en esencia una lucha por la justicia social y la emancipación, el movimiento agro-ecológico debería siempre ir mano con mano con el feminismo activoxix. Como el impacto de la agroecología en las relaciones de género no es positivo automáticamente, se requiere un enfoque específico en las mujeres cuando se implementa la agroecología en sus múltiples dimensiones.

3. La dimensión económica de la agroecología

El impacto de esta dimensión

Al utilizar recursos locales y proporcionar alimentos a los mercados locales y regionales, la agroecología tiene el potencial para dar un impulso a las economías locales y contribuir a eliminar el impacto negativo del comercio internacional “libre” en los medios de vida de los pequeños productores alimentarios. Las prácticas agro-ecológicas son viables económicamente ya que los métodos de producción agro-ecológica reducen el coste de aportaciones externas y, por consiguiente, permiten a los productores alimentarios una mayor independencia y autonomía financiera y técnica. Al diversificar la producción y la actividad campesina, los productores de alimentos están menos expuestos a los riesgos relacionados con el mercado tales como la volatilidad de los precios o las pérdidas debidas a fenómenos meteorológicos extremos agravados por el cambio climático. Los pequeños agricultores se benefician de manera especial a la hora de implementar la agroecología, pues pueden aumentar sus cosechas de forma sostenible, mejoran su seguridad alimentaria y nutritiva y elevan sus ingresos. Con respecto a la productividad y los ingresos, la agroecología es particularmente beneficiosa para los hogares menos acomodados y puede describirse como intrínsecamente “a favor de los pobres”.xxi La agroecología también contribuye a las economías al proporcionar la tecnología apropiada y oportunidades de empleo con base alimentaria en las áreas rurales y peri-urbanas. Al mismo tiempo, puede ofrecer un medio de vida a la gente de ciudad con una pequeña parcela o con acceso a terrenos públicos. Uno de los objetivos de la agroecología es proporcionar trabajo digno que respete los derechos humanos y ofrezca ingresos respetables a los productores alimentarios. Al disminuir la distancia entre productor y consumidor, la agroecología reduce los costes de almacenamiento, la refrigeración y transporte, así como las pérdidas y los residuos de alimentos. La agroecología tiene plenamente en cuenta las externalidades para la sociedad y el medio ambiente, pues minimiza los residuos y reduce los efectos para la salud, y apoya los factores externos positivos tales como la salud ecológica, la resiliencia y la regeneración

4.La dimensión política de la agroecología

El impacto de esta dimensión

Mediante su dimensión política, la agroecología transfiere el centro de poder de los sistemas alimentarios que, de concentrarse en los intereses de un número cada vez más pequeño de grandes entidades agrícolas e industriales, pasa a los productores directos, por ejemplo pequeños productores de alimentos que suministran la mayor parte de los alimentos mundiales.xxiv También desafía y ayuda a remediar las injusticias provocadas por el dominio del poder corporativo en el sistema alimentario existente. Cuando se parte del enfoque de soberanía alimentaria, la agroecología representa una transición democrática en los sistemas alimentarios que fortalece a los campesinos, pastores, pescadores, población indígena, consumidores y otros grupos, permitiendo que su opinión sea determinante en la elaboración de políticas, desde niveles comunitarios a niveles nacional e internacional. Permite a estos grupos reclamar/conseguir su derecho al alimento. 

La dimensión política de la agroecología concede una expresión práctica a la soberanía alimentaria, colocando a los pequeños productores de alimentos en el corazón de los procesos y decisiones de las normas que les afecten. Busca hacer frente a múltiples desafíos desde la seguridad de acceso a los recursos productivos (tierra, agua, semillas), a la seguridad alimentaria y nutricional, mediante una resistencia climática con soluciones sostenibles a largo plazo que promocionen la diversificación agro-ecológica y la soberanía alimentaria. Los movimientos agro-ecológicos, que se componen mayoritariamente de productores de alimentos de base y consumidores, están promoviendo una expansión de la agroecología a otros agricultores y comunidades (expansión horizontal o ampliaciónxxv). Junto a esta ampliación, la dimensión política requiere unas políticas medio ambientales públicas favorables, en las cuales pueden multiplicarse las soluciones agro-ecológicas (expansión vertical).  

Conclusión

Como se ha destacado en la introducción, la crisis social, medioambiental y económica a la que nos enfrentamos reclama un profundo cambio en el modo en que están organizados nuestros sistemas alimentarios. El cambio climático lo hace imperativo y añade un cierto sentido de urgencia. Esto hace necesario que abordemos las cuatro dimensiones de la agroecología en conjunto. La división en varias dimensiones nos ayuda a comprender el potencial de la agroecología de una forma más clara, pero debemos verla como un todo, como un enfoque global. De hecho, muchos agricultores y campesinos subrayan el carácter global de la agroecología, como un modo de vida, algo que da sentido a la vida. Para ellos, no se trata solo de proporcionar medios de vida y un agro-ecosistema sostenible sino de vivir en armonía con la naturaleza y con otras gentes. Igualmente, el impacto potencial de la agroecología no debe reducirse a una sola dimensión. 

Por desgracia, algunos han utilizado la falta de claridad para debilitar el concepto de agroecología: “de repente la agroecología está de moda para todo el mundo, desde los movimientos sociales de base a la FAO, los gobiernos, las universidades y las empresas. Pero no todos tienen en mente la misma idea sobre la agroecología. Mientras que las instituciones y compañías dominantes durante años han marginado y ridiculizado la agroecología, hoy día están intentando domesticarla. Quieren tomar lo que es útil para ellos – la parte técnica – y utilizarla para ajustar la agricultura industrial, adaptándola al modelo de monocultivo y a la supremacía del capital y de las corporaciones en las estructuras de poder”..xxvi Este documento es nuestro intento de aclarar lo que significa la agroecología, cómo se ve, y de mostrar que cuando se toma como un todo, la agroecología y sus diversos principios pueden conducir a efectos tremendamente positivos en términos de derechos humanos y derecho a la alimentación. Al mismo tiempo, contribuye a abordar las causas fundamentales de los problemas a los que nuestras sociedades se enfrentan actualmente, desafiando las estructuras de poder existentes. Por ese motivo la agroecología, como movimiento, es fundamental para nosotros.

Somos conscientes de que, en última instancia, se requerirán muchas acciones políticas complementarias, un proceso de transición y un cambio de paradigma para que la agroecología cumpla con sus expectativas, y sus principios se apliquen conjunta y progresivamente. También somos conscientes de que los principios enumerados con anterioridad podrían evolucionar, necesitar una revisión, no estar bien formulados o no coincidir al 100% con lo que la agroecología aparenta en la práctica. Sin embargo, vemos esto como un primer paso en un proceso más amplio que eventualmente conducirá a una actualización y a una ilustración más allá de la vigente lista de principios que hemos identificado. 

Los próximos pasos incluyen realizar una “guía práctica para usar los principios” que idealmente serviría de base para iniciar un diálogo entre nuestras organizaciones (sobre la defensa de las estrategias, programas y la consistencia entre ellos) así como en el movimiento agroecológico general. Por consiguiente, necesita ser visto como un documento vivo y una invitación para comenzar un diálogo sobre lo que significa y cómo se percibe la agroecología.

Quiénes somos

Este documento ha sido elaborado por el Equipo de Trabajo de agroecología de CIDSE y es el resultado de la colaboración y diálogo mantenidos el año pasado.

El grupo está formado por las siguientes organizaciones miembro: Broederlijk Delen (Bélgica), CAFOD (Inglaterra y Gales), CCFD-Tierra Solidaria (Francia), Cooperación & Fraternidad (Bélgica), Focsiv (Italia), KOO/DKA (Austria), MISEREOR (Alemania), SCIAF (Escocia) y Trócaire (Irlanda).

Somos CIDSE , una familia de organizaciones católicas en pro de la justicia social, compuesta por una gran variedad de miembros procedentes de numerosos países y con una secretaría internacional en Bruselas. Trabajamos junto con otros actores para promover la justicia social y aprovechar la fuerza de la solidaridad mundial con el fin de crear un cambio transformacional para acabar con la pobreza y la desigualdad. Para conseguirlo luchamos contra la injusticia sistémica, la desigualdad, y la destrucción de la naturaleza. Promovemos alternativas justas y sostenibles desde un punto de vista medioambiental y creemos en un mundo en el que todo ser humano tiene derecho a vivir de forma digna.

Contacto: François Delvaux, Responsable de Clima y Agricultura y Soberanía Alimenticia, delvaux(at)cidse.org

Fuentes

Sitio web de la CIDSE: www.cidse.org

Los Principios de la Agroecología- Hacia sistemas alimentarios justos, resilientes y sostenibles - CIDSE

La agricultura climaticamente inteligente: ¿el traje nuevo del emperador? -CIDSE

Los Principios de la Agroecologia
  1. Prólogo
  2. Sumergiéndonos en la agroecología
  3. Visualizar la agroecología
  4. 1. La dimensión ambiental de la agroecología
  5. 2. La dimensión social y cultural de la agroecología
  6. 3. La dimensión económica de la agroecología
  7. 4.La dimensión política de la agroecología
  8. Conclusión
  9. Quiénes somos
  10. Fuentes